La petrolera estatal YPF formalizó este viernes el traspaso de seis áreas convencionales del clúster Mendoza Sur a la petrolera independiente Quintana Energy, en el marco de su proceso de desinversión en la provincia cuyana. La firma de los documentos finales marca el cierre de la primera etapa del Proyecto Andes, que busca focalizar las operaciones en Vaca Muerta y optimizar el rendimiento de sus inversiones.
Estas áreas, que integraban la primera fase del proyecto iniciado por YPF en Mendoza, incluyen los bloques Altiplanicie del Payún, Cañadón Amarillo, El Portón, Chihuido de la Salina, Chihuido de la Salina Sur y Confluencia Sur (este último aún no opera). Quintana, una petrolera independiente fundada por Carlos Gilardone —también titular de FDC, principal consultora en reservorios en Argentina—, asumirá la operación de estos bloques. En febrero pasado, la compañía ya había tomado control del campo Estación Fernández Oro, en Río Negro, incorporando aproximadamente 80 trabajadores a su nómina.
Avances en la estrategia de desinversión y foco en Vaca Muerta
Con esta transferencia, YPF avanza en su plan de desinvertir en áreas convencionales en Mendoza, tras haber logrado la cesión de los bloques de Mendoza Norte y Llancanelo, aprobadas por las autoridades provinciales. La estrategia apunta a concentrar recursos y esfuerzos en Vaca Muerta, optimizando la rentabilidad de sus activos en esa formación y reforzando su presencia en el segmento no convencional.
La operación en Mendoza Sur, en particular, permite a operadores especializados impulsar la producción, revitalizar áreas maduras y fortalecer la actividad hidrocarburífera en la región. Desde la gobernación de Mendoza, fuentes oficiales destacaron que “no se trata solo de un cambio de operadores, sino de definir un modelo productivo que agregue valor mediante desarrollo industrial en El Portón y exploración no convencional en Cañadón Amarillo”.
Detalles técnicos y perspectivas económicas
Actualmente, la producción en las áreas transferidas se distribuye de la siguiente manera: en Cañadón Amarillo, 155 m³/d de petróleo y 18.000 m³/d de gas; en Altiplanicie del Payún, 25 m³/d; en El Portón, 2 m³/d de petróleo y 11.000 m³/d de gas; en Chihuido de la Salina, 50 m³/d de petróleo y 200.000 m³/d de gas; en Chihuido de la Salina Sur, 35 m³/d de petróleo y 115.000 m³/d de gas; y en Confluencia Sur, 130 m³/d de petróleo y 13.000 m³/d de gas.
Para Mendoza, esta modalidad de transferencia y gestión especializada significa atraer nuevas inversiones, dinamizar el sector y garantizar un desarrollo sostenible. A pesar del declive natural en yacimientos maduros, la producción provincial creció más de un 1% en 2024 respecto a 2023, alcanzando 20,6 millones de barriles anuales.
Continuidad operativa y oportunidades futuras
El traspaso asegura la continuidad en la explotación de las áreas, además de abrir oportunidades para la generación de empleo, la inversión en nuevos proyectos y el impulso a la economía local. La participación de operadores especializados facilitará una gestión más eficiente, responsable y tecnológicamente innovadora en la explotación de recursos, contribuyendo así a un desarrollo hidrocarburífero más sustentable en Mendoza.