Cada dólar que cae el crudo significa 80 millones de dólares menos de exportaciones.
La caída de los precios internacionales del petróleo crudo podría tener un impacto severo en el plan económico argentino y generar dudas sobre la sostenibilidad a futuro del programa de Javier Milei y Luis Caputo. Es que un recorte en el superávit comercial o incluso el peligro de caer en un resultado negativo entre las exportaciones y las importaciones puede complicar los planes del Gobierno.
Los aumentos en la producción de la OPEP+ y los temores a una recesión global por los aranceles que impuso Donald Trump en Estados Unidos hicieron disminuir en casi 20 dólares los precios en el año.
Aunque el precio del petróleo es volátil, como toda materia prima que se puede comercializar con el mundo -commodity-, la tendencia a la baja que tuvo en los últimos meses permite estimar una baja de 800 millones de dólares en las exportaciones de Argentina en 2025, según la consultora Economía & Energía, que dirige Nicolás Arceo.
Los dólares no alcanzan
El dato es especialmente importante porque en los primeros tres meses del año hubo un superávit comercial de US$ 761 millones, en parte gracias a las exportaciones de energía por US$ 2.534 millones.
Otra forma de verlo aportó el economista Amílcar Collante: el balance del sector energético fue positivo por US$ 1.872 millones en ese período, mientras que el déficit por turismo y consumo con tarjeta de los argentinos en el exterior alcanzó los US$ 2.750 millones. El resultado comercial sin energía fue negativo en todo lo que va de 2025, por una suma acumulada de 851 millones de dólares. Si cae el petróleo hay cada vez menos dólares para sostener el boom importador que acompaña al crecimiento de la economía.
La situación configura una incipiente señal de que este dólar no es suficiente para que los bienes y servicios que se producen en la Argentina se vendan en el mundo, a lo que el Gobierno antepone que las ganancias de competitividad no vendrán más por el tipo de cambio, sino por bajas de impuestos y desregulaciones.
Fuente: Clarín
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