Irán aprueba cerrar el estrecho de Ormuz, un paso que podría alterar el mercado global de petróleo

El Parlamento iraní ha dado luz verde a una medida que busca bloquear el acceso completo al estrecho de Ormuz, una de las rutas marítimas más estratégicas para la exportación mundial de petróleo y gas natural. Aunque la decisión aún no es definitiva, representa una potencial amenaza para el suministro energético global, ya que aproximadamente el 20% del petróleo y gas que se transporta a nivel mundial pasa por esta vía.

Según informa el medio local Press TV, la aprobación por parte del Parlamento se encuentra enmarcada en una respuesta ante el reciente ataque estadounidense a instalaciones nucleares en Irán, como las centrales de Fordo, Natanz e Isfahan. La medida de cerrar el estrecho —que conecta el Golfo Pérsico con el océano abierto— podría afectar directamente a varios de los principales productores de petróleo, incluyendo Irán, Arabia Saudita, Irak, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos.

El comandante de la Guardia Revolucionaria, Esmail Kosari, afirmó que la decisión “está en la agenda” y que “se hará cuando sea necesario”, aunque recalcó que la decisión final recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán. La medida no es definitiva, pero ha generado preocupación en los mercados internacionales, dado que el cierre del estrecho podría incrementar rápidamente los precios del petróleo y afectar la seguridad energética mundial.

El estrecho de Ormuz es una de las rutas más concurridas del planeta, con un volumen de tránsito que oscila entre 17 y 18 millones de barriles diarios. La interrupción de esta vía podría derivar en aumentos de precio de hasta un 80% en los primeros días, según analistas, debido a los elevados costos asociados a rutas alternativas y a la escasez de suministros.

Este escenario se agrava en un contexto de tensiones internacionales, donde Irán ha respondido a los ataques con lanzamientos de misiles balísticos en Israel, causando daños y heridos. La situación sigue siendo muy delicada, y la comunidad internacional mantiene la esperanza de evitar un conflicto mayor que afecte la estabilidad del mercado energético global.

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