La iniciativa apunta a reducir sensiblemente las emisiones de dióxido de carbono de la producción agropecuaria y, de ese modo, elevar el nivel de sostenibilidad ambiental del sistema agroindustrial argentino.
La instalación de minidestilerías productoras de etanol basado en maíz podría aportar significativos beneficios energéticos y ambientales a la Argentina. Así lo expone un estudio confeccionado en conjunto por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y un grupo de productores agropecuarios.
El trabajo se basa en las ventajas comparativas que ofrece la elaboración de etanol sobre la obtención de naftas convencionales, al reducir unas 2,5 veces las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) a la atmósfera.
Los investigadores evaluaron los paquetes tecnológicos utilizados en la producción de maíz a través de las minidestilerías (o MiniDest) que transforman los granos en etanol. Al análisis de ese esquema de generación energética sumaron, también, los feedlots que aprovechan la burlanda y los biodigestores que recurren a los subproductos para generar energía eléctrica y térmica.
El proceso de las MiniDest es un emprendimiento desarrollado por la firma cordobesa Porta Hermanos. La propuesta contempla el montaje de pequeñas destilerías modulares, automáticas y de operación remota, en establecimientos agropecuarios orientados a la producción de etanol de maíz y alimento animal.
De acuerdo con los investigadores, los resultados del relevamiento fueron altamente promisorios, al verificar que el bioetanol argentino emite 19,9 gramos de CO₂ equivalente por MegaJoule (MJ). Esto es 2,5 veces menos que los 69,5 gramos por MJ emitidos por las naftas tradicionales.
Los autores del relevamiento verificaron que el bioetanol argentino emite 19,9 gramos de CO₂ equivalente por MJ. Esto es 2,5 veces menos que los 69,5 gramos por MJ emitidos por las naftas tradicionales.
Debe considerarse, además, que la normativa vigente en la Unión Europea (UE) establece un límite de 83,8 gramos de CO₂ equivalente por MJ. En otras palabras, el biocombustible local resulta hasta 3,2 veces menos nocivo que el recurso que cumple los parámetros adoptados en el Viejo Continente.
La producción a gran escala de etanol en origen, en definitiva, daría lugar a un ahorro de 1,5 millones de toneladas (Tn) de CO₂, reduciendo de manera considerable el impacto del sector en la huella ambiental. Según el reporte del INTA y el INTI, los datos citados posicionan al sistema agroindustrial doméstico entre los más altos estándares internacionales. “Esto permitirá homologar producciones y certificar la sostenibilidad ambiental para poder comercializar biocombustibles”, resaltó el documento.
Organismo autárquico
Creado en 1956, el INTA es un organismo público descentralizado que cuenta con autarquía operativa y financiera, y se encuentra bajo la órbita del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Sus objetivos y esfuerzos se orientan principalmente a promover la innovación como motor del desarrollo nacional. Como integrante del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, el INTA desarrolla capacidades para el segmento agroindustrial argentino y participa en redes que fomentan la cooperación interinstitucional, además de generar conocimientos y tecnologías al servicio de distintos sectores de la sociedad a través de sus sistemas de extensión, información y comunicación.
Innovación tecnológica
Nacido con el aval de la Unión Industrial Argentina (UIA), como respuesta al interés nacional de acompañar y consolidar el crecimiento de las Pymes argentinas, el INTI promociona desde 1957 hasta nuestros días el desarrollo industrial federal mediante la innovación y la transferencia de tecnología. Se trata de una entidad impulsora de investigaciones aplicadas a la industria que cumple funciones similares a las que habían comenzado a desarrollar, hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX, otras instituciones análogas en Estados Unidos y Europa.
Según el informe del INTA y el INTI, los resultados obtenidos permitirán homologar producciones y certificar la sostenibilidad ambiental local para poder comercializar biocombustibles.
Desde sus orígenes, el INTI tuvo la particularidad de integrar a diversas cámaras e industrias en el esquema de conducción de sus centros para asegurar que las actividades desplegadas se conectaran con las necesidades y demandas concretas del país. Actualmente posee casi 3.000 empleados y se encuentra bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación. ©