La Argentina necesita soluciones eficaces para sus problemas más urgentes, según la óptica del economista Ricardo Arriazu, pero también para sus deficiencias estructurales, las que muchas veces conspiran contra el aprovechamiento a gran escala de sus recursos.
Hay que remontarse a la denominada ‘peste negra’ para encontrar un escenario histórico parecido al que actualmente padece la humanidad. Así lo cree el economista Ricardo Arriazu, quien reconoce que –a la espera de la vacuna– el distanciamiento social es la única medida efectiva para luchar contra el coronavirus. “El problema es que esto va en contra de las bases de la economía moderna desde hace 7.000 años”, señaló el experto durante su presentación online en el ciclo de conferencias ‘Agenda Argentina 2020-2021’, organizado por el Rotary Club de Buenos Aires.
Para tomar magnitud de la crisis, sostuvo, debe hablarse de la caída inmediata de un 30% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial y de millonarias pérdidas en una multitud de sectores productivos. “La gran pregunta es cómo conciliar el combate contra la pandemia y la recuperación económica”, afirmó el especialista, quien es socio fundador de la consultora Arriazu & Asociados.
Arriazu // “La debacle de la demanda petrolera fue tan grande que no hubo tiempo para frenar la oferta. La falta de capacidad de almacenamiento hizo que las empresas estuvieran dispuestas a pagar para que se llevaran el crudo”
En este contexto, apuntó, los inversores venden todos los activos que consideran ‘de riesgo’, lo que redunda en una devaluación de las monedas de los países emergentes y en una revaluación de las monedas de los países que son vistos como más seguros. “Los precios de las materias primas dependen de la evolución del dólar en los mercados mundiales. Cuando la divisa norteamericana gana valor, se deprecian. Y esto ocurre en un marco de caída del comercio internacional”, describió. El caso más extremo, graficó, fue el del petróleo, que llegó a alcanzar una tasación negativa. “La debacle de la demanda fue tan grande que no hubo tiempo para frenar la oferta. La falta de capacidad de almacenamiento hizo que las empresas estuvieran dispuestas a pagar para que se llevaran el crudo”, remarcó. Lo interesante de esta situación, añadió, es que a medida que se libera el confinamiento operan fuerzas igual de potentes en la dirección inversa. “Por eso se observa un repunte de la actividad económica y el valor de las acciones, una depreciación del dólar contra el euro y una recuperación del comercio”, explicó.
Panorama local
A diferencia de otras economías, Arriazu indicó que la Argentina no tiene moneda, ni reservas, ni acceso a los mercados de crédito, ni credibilidad. “Pero no le queda otra opción que tratar de evitar el colapso social”, manifestó. La caída del PBI argentino entre marzo y abril, cuantificó, fue la mayor de Latinoamérica. “Sin embargo, y sorprendentemente, los meses de mayo, junio y julio mostraron signos de recuperación”, celebró. En el cortísimo plazo, expresó, no hay otra alternativa más que la emisión. “Para el corto plazo debe consolidarse el rebote económico con confianza, y para el mediano plazo se necesita duplicar la tasa de crecimiento a partir de inversiones productivas”, proyectó.
Arriazu // “Vaca Muerta cuenta con una de las mejores rocas del mundo, pero sobre la superficie nos tiene a nosotros. Es inexplicable que su producción esté cayendo desde agosto del año pasado”
Con la mira puesta en el largo plazo, complementó, no debe atentarse contra las oportunidades disponibles. “Un caso emblemático es el de Vaca Muerta, que cuenta con una de las mejores rocas del mundo, pero sobre la superficie nos tiene a nosotros. Es inexplicable que su producción esté cayendo desde agosto del año pasado”, se lamentó.
Vasta trayectoria
Arriazu completó sus estudios económicos de grado y de posgrado en las universidades de Tucumán, Cuyo y Minnesota. Por su carrera profesional recibió distinciones de la Fundación Estirpe, la Fundación del Tucumán y la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Tucumán.
Integra el Foro Iberoamérica y fue nombrado profesor emérito en la Universidad Católica Argentina (UCA). Disertó en numerosos países y prestigiosas universidades como las de Harvard, Chicago, Johns Hopkins y Bocconi, entre otras.
Asesoró a empresas y gobiernos en varias naciones y representó a la Argentina en el Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo de los 20. Asimismo, fue directivo de Bansud (Argentina), Banacci (México) e International Advisory Board de Nasdaq (Estados Unidos) y Sonae (Portugal). ©