En la edición 2015 del Climascopio, índice que mide el desempeño de la generación de fuentes energéticas renovables y el cuidado del medio ambiente en 55 mercados emergentes, la Argentina mantuvo su 20⁰ ubicación global (10⁰ a nivel regional).
El puntaje nacional aumentó ligeramente (pasó de 1,24 en 2014 a 1,39 esta temporada), dado que los avances registrados en el ítem “Marco Propicio” fueron opacados por el deterioro exhibido dentro de la variable “Inversiones en Energía Limpia y Créditos para Proyectos Relativos al Cambio Climático”. En cuanto al primer parámetro, el país escaló ocho posiciones (hasta la 20⁰) y mejoró su calificación desde 1,17 hasta 1,32. En el segundo, en cambio, descendió dos casilleros (hasta el 47⁰), al pasar de 0,3 a 0,21 puntos.
En materia de “Nego-cios de Bajas Emisiones de Carbono y Cadenas de Valor de Energía Limpia”, la Argentina demostró su mejor rendimiento en el Climascopio, al trepar hasta el 10⁰ puesto, con 3,55 unidades (frente al 14⁰ lugar y los 2,83 puntos obtenidos en 2014).
Con respecto al cuarto y último ítem, “Actividades de Gestión de las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero”, el país ocupó la 13⁰ posición, con un puntaje de 1,77 (la temporada anterior había figurado 16⁰, con 1,73 unidades).
El informe no pasó por alto los cambios regulatorios de los últimos meses. Más allá de que “la Ley 26.190, vigente desde 2006, ha sido la principal política de apoyo a las energías renovables y la que estableció el mandato de energía limpia que introdujo un esquema de pagos (feed-in tariff) e incentivos tributarios”, el Climascopio destaca que “el Congreso recientemente aprobó una nueva ley que modifica la regulación existente e introduce metas del 8% para 2017 y 20% para 2025, incluyendo incentivos tributarios y el establecimiento de un fondo fiduciario para el desarrollo de energías renovables (Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables
–FODER–), que puede ayudar a dar un rápido impulso al mercado de energía limpia en la Argentina”.
Panorama local
El año pasado, las pequeñas y medianas centrales hidroeléctricas generaron unos 2,6 terawatts por hora (Twh) de energía renovable en la Argentina, lo que equivale aproximadamente a un 2% de los 130 Twh producidos en total a escala nacional. Según el Climascopio, la matriz eléctrica argentina está mayormente compuesta por centrales termoeléctricas que utilizan fuentes fósiles, los que representaron un 64% de la electricidad total producida en 2014. Por su parte, las centrales hidroeléctricas de gran escala explicaron un 30% de la oferta, mientras que la generación nuclear aportó otro 4%.
El reporte indica que en 2009 el país contrató capacidad renovable a través del Plan Genren, su primera y única subasta nacional, con la estatal Enarsa como organizadora de la licitación y la Secretaría de Energía como ente regulador. De ese modo, se suscribieron contratos a 15 años para proyectos eólicos, solares y de pequeñas centrales hidroeléctricas por una potencia de 895 megawatts (Mw).
Para marzo de 2015 ya estaban en construcción o habían sido encargados
217 Mw de proyectos solares y eólicos. Adicionalmente, algunas provincias comenzaron a diseñar propuestas innovadoras (como Santa Fe, que condujo una licitación para generar 1 Mw de energía fotovoltaica en noviembre de 2014, o San Luis, que aprobó una ley provincial orientada a ofrecer incentivos fiscales adicionales).
De acuerdo con el relevamiento, la nación requiere que el diesel convencional sea combinado con biodiesel en un 10% y que la nafta sea mezclada con etanol en la misma proporción. “En el pasado, la Argentina exportaba la mayor parte de su producción de biodiesel. En 2011, exportaba 2.000 millones de litros de los 2.900 millones que producía, mayormente a los países de la Unión Europea (UE). Pero en agosto de 2012, la UE lanzó una investigación antidumping del biodiesel proveniente del medio local y de Indonesia, lo que resultó en un derecho antidumping del 10,6% implementado en mayo de 2013. A fin de apoyar a la producción local, la Argentina incrementó su mandato de mezcla de biodiesel, aumentó el precio regulado y redujo el arancel de exportación”, completa el Climascopio.
Liderazgo chino
El Climascopio 2015 se encuentra encabezado por China, que obtuvo una calificación de 2,29. El gigante mandarín sobresalió en las variables “Marco Propicio” e “Inversiones en Energía Limpia y Créditos para Proyectos Relativos al Cambio Climático”. Completaron el podio dos naciones sudamericanas: Brasil, con 2,12 puntos, y Chile, con 1,97.
Dentro del top-10 también se ubicaron Sudáfrica (1,91), India (1,81), Kenia (1,74), México (1,72), Uruguay (1,69), Uganda (1,68) y Nepal (1,63), en ese orden. Todavía por encima de la Argentina se colocaron Indonesia (1,61), Nigeria (1,58), Pakistán (1,53), Honduras (1,5), Costa Rica (1,49), Perú (1,44), Ruanda (1,41), Guatemala (1,40) y Colombia (1,39).
En los últimos cinco puestos del listado, en tanto, figuraron países como Guyana (0,54), Paraguay (0,49), Bahamas (0,48), Venezuela (0,4) y Surinam (0,22).
Éste es el cuarto año del proyecto Climascopio, que en 2012 y 2013 se enfocó exclusivamente en Latinoamérica y el Caribe. La primera edición fue desarrollada por el Fondo Multilateral de Inver-siones del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en asociación con Bloomberg New Energy Finance. En 2014, la iniciativa sumó el respaldo y asesoramiento del Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. En la actualidad, el relevamiento incluye a un total de 55 países, estados y provincias del África subsahariana, Asia, Latinoamérica y el Caribe. ℗