La falta de dólares, la inflación, la suba del petróleo y especialmente el congelamiento de precios, crearon una tormenta perfecta en el mercado de los combustibles. Las restricciones al suministro en las Estaciones de Servicio, que si bien sus titulares advirtieron de la situación con bastante antelación, ahora encendieron las alarmas con lo que pudiera suceder en los próximos días.
Todos hacen referencia a lo ocurrido el año anterior, cuando los faltantes de gasoil impactaron con dureza en la actividad. El temor es más que justificado: las expendedoras pasaron muchos días sin poder vender un litro, poniendo en riesgo su subsistencia comercial y sin ninguna asistencia del Estado.
Son varios los factores que presagian un contexto similar. Ya algunas petroleras adelantaron que no harán cargas FOB de diesel en plantas que atienden la demanda de la zona núcleo. “Lamentablemente estamos muy cortos de producto”, expresaron a los operadores de la marca.
“Hay problemas”, reconoce el gerente de CECHA, Guillermo Lego en diálogo con surtidores.com.ar. “En especial que no están cargando a los estacioneros que tienen camiones propios”, reconoce.
A la hora de hacer un balance, estima que un número aproximado sería un 16 por ciento de faltante fundamentalmente de gasoil en sus dos variedades.
Otra de las causas es el encarecimiento de diesel mayorista, que horas después de la devaluación del peso sufrió aumentos de hasta el 35 por ciento de su precio. De allí que los transportistas decidieron volcarse a las bocas minoristas y se armó el clásico cuello de botella que afecta a la Argentina en relación a la oferta.
Fuente: Surtidores