Innovaciones tecnológicas para acompañar el boom no convencional
El segmento no convencional, a diferencia del convencional, genera fluidos de retorno o flow back y un mayor volumen de recortes de perforación o cuttings base oil. Indarsa ofrece soluciones para dar tratamiento adecuado y posibilitar la reutilización de dichos desechos.
Instalada en la ciudad de Neuquén y próximamente en Añelo, Indarsa ha traducido en oportunidad el desafío de emplear sus desarrollos tecnológicos para poner en valor los residuos del shale. “Las operadoras encontraron en Indarsa tecnologías alternativas de tratamiento para flow back y cuttings base oil, los grandes key issues del segmento”, explica la ingeniera Eugenia Quiroga, gerente de Medio Ambiente de la firma.
A partir del crecimiento que ofrece el negocio del shale, la compañía se propuso acompañar dicha expansión con inversiones, tecnologías y recursos humanos. “Con ello, apuntamos a brindar soluciones a las empresas y la comunidad más allá de su rentabilidad, tal como lo establece nuestro compromiso con la Responsabilidad Social Empresaria (RSE)”, asegura Santiago Fernández Madero, presidente de Indarsa.
Soluciones innovadoras
Indarsa está respondiendo a uno de los grandes desafíos ambientales que plantea la explotación del shale: el agua de retorno o flow back. La firma efectúa un tratamiento físico-químico para separar los geles y otros contaminantes a fin de obtener las condiciones necesarias para reutilizarla en el lavado de gases del horno de incineración pirolítica. “En tanto, las aguas que por su composición particular no pueden usarse como sustratos en el lavado son inyectadas en la cámara secundaria de éste para su procesamiento”, detalla Quiroga.
De acuerdo con la especialista, los procesos de incineración requieren agua para el lavado de gases. “Nosotros tratamos el agua de flow back, la dotamos de las condiciones necesarias para posibilitar su reutilización en el lavado. En lugar de emplear agua de captación subterránea, reutilizamos el flow back, reduciendo así el consumo hídrico y tratando –a la vez– un residuo de esta actividad”, puntualiza.
Según Fernández Madero, la sustentabilidad del proceso radica en la utilización de la energía de los residuos para generar la evaporación del agua en lugar de consumir energías no renovables.
En cuanto a los cuttings, aclara que tienen entre un 7% y un 10% de hidrocarburos, y alrededor de un 10% de humedad. “Nuestro horno de incineración, que trabaja a una temperatura de entre 850 y 900 ⁰C, quema eficientemente los hidrocarburos. También contamos con la tecnología de desorción térmica (que, a diferencia de la incineración tradicional, funciona a unos 400 ⁰C), la cual vaporiza los hidrocarburos y el agua permitiendo reutilizar las tierras”, resalta Quiroga.
Otro nuevo desarrollo de Indarsa –que tiene aplicación tanto en el negocio hidrocarburífero convencional como en el no convencional– es el de aprovechamiento del slop oil, destinado a recuperar la mayor cantidad posible de los hidrocarburos que quedan en los fondos de tanques y piletas auxiliares. “Estamos analizando convenios con cementeras y evaluando opciones para aprovechar este combustible alternativo. Si bien el corazón de nuestro negocio es la industria hidrocarburífera, también atendemos otras necesidades de gestión ambiental dentro de Neuquén, como brindar tratamiento a los residuos industriales y patogénicos”, señala Fernández Madero.
Apuesta pionera
Con más de 10 años en Neuquén, Indarsa apostó por la provincia cuando ya existía la necesidad de brindar tratamientos ambientalmente amigables a los distintos residuos que generaba la industria petrolera pero aún no se invertía al respecto. “Eso fue mucho antes de que se vislumbrara el desarrollo que hoy se proyecta de la mano de los hidrocarburos no convencionales. La nuestra fue una inversión de riesgo, debido a la falta de información de mercado, y a la vez desconocíamos cuál sería el nivel de exigencia de la provincia en esta temática”, indica Fernández Madero.
Lejos de contentarse con lo logrado, la organización va por más. “Al notar que no teníamos suficiente espacio en nuestra planta de la ciudad de Neuquén y que estábamos a unos 150 kilómetros del epicentro de la generación de residuos, tomamos dos importantes decisiones: ampliar la superficie de la planta de Neuquén, por un lado, y acercarnos al punto de origen de los desechos mediante la adquisición de 70 hectáreas en el Parque Industrial de Añelo, por otro”, apunta Quiroga.
Según Fernández Madero, el flete para transportar los residuos es un condicionante muy significativo para la actividad, ya que puede representar entre un 30% y un 40% del costo de un tratamiento. “Con esta iniciativa, ganamos en términos ambientales, de seguridad y económicos”, asevera.
El proyecto de Añelo involucra tratamiento de líquidos que permitirán su reutilización dentro de la misma industria, reduciendo la captación de aguas dulces. “Asimismo, instalaremos el primer relleno de seguridad de la provincia (para las cenizas de incineración y aquellos residuos que no cuenten con otra alternativa de tratamiento)”, destaca Quiroga.
La firma ya ha presentado el proyecto y se encuentra culminando el estudio de impacto ambiental requerido para la obtención de la licencia ambiental antes de iniciar las obras de construcción. “En total, invertiremos unos $ 80 millones”, concluye Fernández Madero. ℗